Están de moda las frases motivadoras. Está de moda el «¡Tú puedes!», «Si quieres algo, házlo», «¡Todo es posible!», «Sólo tienes que creer en ello para conseguirlo».
Estoy de acuerdo que hace falta motivación, ilusión y energía, pero también un plan. Cuando se trata de avanzar con sentido en la vida es importante trazar un camino que nos aporte felicidad, al llegar destino o mejor aún mientras lo recorres, y para ello es esencial dedicar un tiempo a la reflexión y al autoconocimiento. Una vez sepamos hacia donde ir será importante atreverse a dar los pasos que sean necesarios, o cambiar de rumbo tantas veces se requiera.
Observación
No todo consiste en avanzar, hay que saber hacia donde hacerlo. Es importante tener la capacidad de detenerse y reflexionar sobre lo que estamos haciendo, entender el punto en el que estamos y decidir hacia donde nos gustaría dirigirnos.
Tenemos que evitar que el ritmo del día a día consuma «nuestro tiempo de pensar», reservando o encontrado nuestros momentos para observar el entorno, aprender, y muy importante, para conocernos a nosotros mismos, pues… si no nos conocemos a nosotros, ¿cómo sabremos hacia dónde queremos ir?
Para entenderlo de manera clara me gusta pensar en un río que representa nuestra vida, en él puedes comportarte como un tronco a la deriva o ir remando en una canoa, observando el cauce y decidiendo hacia donde remar. ¿Comportarnos como un tronco a la deriva no parece muy atractivo verdad?
«Tienes que fluír» dicen, y es que es genial, pero aún más genial es fluír con sentido, remando hacia donde previamente hayamos decidido que tenemos que remar.
Dar saltitos
Todos tenemos una cuerda muy fina encima de la cabeza, y cada vez que hacemos algo fuera de lo normal saltamos y la tocamos, y al hacerlo nos pasan cosas, ya sean buenas o no tan buenas, pero la cuestión es que pasan cosas. Ahí es cuando salimos de la zona de confort, «salir de la zona de confort» es otra frase que está muy de moda y me apasiona, intento rendirle honores siempre que tengo ocasión y cojo valor para ello, pues creo que cuando sales de la zona de confort es cuando la vida se pone más interesante. Y es aquí donde me gusta empezar a comparar la vida con el surf.
Nunca he practicado surf, es un mundo desconocido para mi pero me parece alucinante, visitando extremos, con el punto relajante del contacto con el mar y la naturaleza, y otro punto de acción lleno de adrenalina.
En el momento en el que decides dejar el contacto con tierra firme, coger tu tabla y adentrarte en el mar, un medio fuera de nuestro control, para el que no hemos sido creados, ya hemos salido de la zona de confort. Mientras remamos con los brazos pasando las olas por encima o atravesándolas ya hemos dado el primer paso.
Saber esperar
La paciencia, una gran virtud, algo que puede parecer cosa de generaciones anteriores pues en la sociedad actual todo tiene que ser para ya y los tiempos de espera están muy mal vistos.
Practicar el arte de la espera también tiene un punto de aventura, esperar a veces es incierto, en el que solamente intuición y experiencia nos ayudarán a saber si ha llegado el momento o la oportunidad que estamos esperando. Saber esperar es muy importante, es parte de la estrategia en la vida, y tan importante es ser paciente como saber cuando poner fin a la espera.
Llegados a este punto recordamos a nuestro alter ego surfista, que lo hemos dejado adentrándose en el mar y ahora se encuentra ya esperando, en paralelo a la costa, flotando en silencio y observando el medio, con un ojo en la playa y otro en el horizonte ojeando el oleaje, esperando el momento oportuno.
Las olas se van sucediendo, alguna parece buena pero la dejamos pasar, sentimos que no es la nuestra, estando atentos podremos percibir cuando llega el momento que nos permitirá disfrutar al máximo de nuestros pasos anteriores, de lo que hemos construido hasta el momento.
De tu paciencia, intuición, y capacidad de observación, depende que el resultado final sea uno u otro. Cuando llegue nuestra ola sentiremos que es el momento y no la dejaremos escapar, pero espera, parece que…
Lanzarte con decisión
Si existe una sensación desagradable es la de sentir que has tenido una oportunidad y no la has aprovechado como deberías, a todos nos habrá pasado alguna vez, siendo así, lo mejor es que si tenemos claro que ha llegado el momento demos el siguiente paso con decisión, sin dejarnos nada en el asador. Simplemente piensa en lo que harías si no tuvieras ningún miedo.
Piensa que cuando se trate de tomar decisiones importantes no es el uso de la razón lo que más nos ayudará, nuestro mejor consejero va a ser ese músculo que bombea sangre pero parece que tiene más funciones, sí, sacaremos la fuerza necesaria únicamente haciendo lo que nuestro corazón nos dice que tenemos que hacer.
¿Y qué hace nuestro surfista? Parece que el momento ha llegado, tras pequeños avisos que se han ido intensificando se está formando una buena ola, todos tus sentidos, tu intuición y tu corazón te dicen que es ahora o nunca, remas con ímpetu con los brazos, coges impulso y te levantas con decisión, estás encima de la tabla logrando lo que parecía imposible, totalmente enfocado en ello, disfrutando como si nada más tuviera importancia, has dejado atrás todas tus dudas y vives el momento, estás haciendo surf, surf en la vida 🙂
Algunos recursos:
- Soul Surfer – Película sobre la vida de la surfista Bethany Hamilton, que perdió su brazo a los 13 años en un ataque de tiburón mientras surfeaba. La película se centra en los acontecimientos que rodearon el ataque y su superación durante el período posterior, volviendo a practicar surf
- ¿Qué harías si no tuvieras ningún miedo? – Lectura recomendada de Borja Vilaseca, escritor, emprendedor, periodista, profesor, un tío muy grande